Paraules amb Iniciativa

EN PLAN B

Una primera impresión de la reunión que ha tenido lugar en Madrid en la que se han congregado una cincuentena de líderes políticos, sociales e institucionales me inspira la idea de que se trata de una reunión de hermanos huérfanos tratando de reactivar lazos despuésPlan B-2 de un largo viaje por separado. En ese viaje desde 1968 acelerado a partir de 1989 y acordado por los cambios acelerados de nuestra líquida sociedad, en el que algunos dieron por muerto al padre, Marx, a pesar de que los otros siguen recibiendo sus cartas y otros dieron por muerta a la madre, la democracia representativa, mientras otros creen que está mayor pero puede rejuvenecerse, se han dado cuenta de que los hermanos son los únicos amigos que te quedan cuando te haces mayor. A la vuelta de ese viaje cada cual trae recuerdos diferentes, experiencias dispares y conclusiones vitales que aportan al álbum de fotos. En lo que se ponen de acuerdo en las reuniones familiares es que hay un momento de ruptura y de que la complejidad e incertidumbre de lo que está pasando les obliga a, por lo menos, reunirse.

Pasando de los símiles a la realidad, que es mucho más entretenida, las incertidumbres que comparten son un buen motivo de acuerdos pero las seguridades ideológicas aleja en algunos momentos los discursos respecto a la solución a la gran pregunta: qué hacer. No resultaba sencillo seguir durante las 48 horas que duró el encuentro, toda la densidad temática repartida en foros, plenarios y talleres superpuestos, en al menos tres idiomas y en un espacio lúdico de arquitectura tan impresionante y bien rehabilitada, como es el antiguo matadero de Madrid. Pero de las intervenciones principales, cronometrada por impacientes moderadores, se puede intuir que existen dos lineas discursivas que caminan en paralelo y que, dependiendo de la escala de la mirada que se asuma, son una misma línea o son dos. Estamos habituados en la izquierda a hacer miradas muy próximas, a hacer disquisiciones de detalle, cirugía fina, para diferenciar lo puro de lo impuro. Ese ya es una diferencia entre, al menos dos de los discursos que escuché. Esto es, si nos quedamos con planteamientos ideológicos o vamos a la política. Se escucharon llamamientos a la insumisión, a la salida de Europa, la desaparición del Euro, críticas a la vieja y a la nueva socialdemocracia, a la traición de Tsipras y a adoptar un lenguaje guerrero a la vez y sin solución de continuidad, se evidencia su abuso. Así se afirmaba que El campo de batalla es Europa, las huestes sociales armadas con su bagaje ideológico y dirigidos por los lideres de la izquierda tomarán, en este momento Histórico, las instituciones convirtiendo Bruselas en la nueva Comuna de París (sic). Por contra escuché discursos en los que se sostenía que para no volver a fracasar en estos momentos, como sucedió en la década de los treinta y ante las muchas dificultades y cambios a los que no tenemos un claro diagnostico ni soluciones completas, es necesario llegar a acuerdos con la socialdemocracia revisada e incluso con los conservadores más liberales que ven que, el devenir de Europa no da respuesta a los problemas de una inmensa mayoría de la población.

Si la política es el arte de llegar a acuerdos sin dejar de defender, con vehemencia y pasión, los principios, se está admitiendo que hacer política es entenderse con aquellos que en principio no están de acuerdo contigo y por tanto en ceder, perder parcialmente para avanzar en una dirección que siempre será el resultado de varias tensiones. Si se entiende, por el contrario, que hacer política es siempre provocar cambios históricos irreversibles que se estudiarán en los libros de bachillerato entonce la búsqueda de acuerdos se convierte en lograr la adhesión inquebrantable de tus seguidores.

En Madrid hubo acuerdos, sin duda y hay muchas aportaciones concretas sobre reformas institucionales, sobre la necesidad de adoptar urgentemente medidas en protección del medio ambiente, abordar con urgencia, generosidad y sensibilidad la recepción de refugiados, luchar contra la corrupción y contra el creciente poder de los grupos de presión, mecanismos de la deuda pública y privada que hoy ahogan a buena parte de los Estados europeos y familia, se sostuvo la necesidad de su auditoría y de su no pago por ilegítima, controlar el sistema financiero y lograr instituciones más participativas y democráticas. Para llevar a cabo esta construcción es necesario que el marco sea el europeo y que se recupere un espacio público europeo que se enfrente con credibilidad a las estructuras institucionales sin dejar ese espacio a la derecha.

Aunar las diversas estrategias de los diferentes actores implicados con tradiciones y prácticas políticas diferentes es un primes escollo que deberá verbalizarse y resolverse en el próximo encuentro que se realizará el 28 de mayo, aniversario de la Comuna de París.  Todo eso es rescatable para la acción política más próxima y esto es lo que saqué en claro, al menos en una primera impresión.

paulasimo

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